Pasear por la playa este verano y ver los cutre-tatuajes de la gente nos hace extraer un perfil tipo de "la res marcada":
- Mariposas y delfines en tobillos y parte alta de la espalada, en ellas.
- Coronas de espinas y aztecas en pantorrillas y brazos en ellos.
Cuando ves las fotos con los tatuajes que se iba colocando Amy Winehouse, con la espontaneidad con la que un niño pequeño se pone calcamonías, sin ningún sentido ni diseño, sin control, sin cargas simbólicas -simplemente le molaba y se las ponía- te das cuenta de porqué ella era especial y el resto del mundo es gris y aburrido. Porque ella era una auténtica pirata y la gente normal forma parte de un rebaño.
El lado oscuro de la naturalidad y deshinibición de esta pobre mujer es su condena a estrellarse irremisiblemente. Demasiado carisma, demasiado talento. Todo terminó muy mal. La luz que brilla con intensidad dura poco... y ella brilló mucho.
Pero nos queda Back in Black, un oasis en el desierto del panorama musical del siglo XXI. Despues de tres años escuchandolo de forma continua no nos cansa, seguimos bebiendo de sus aguas y cada vez parece que suena mejor.
Esta bonita foto es un homenaje de Cara B a Amy, por hacernos volver a creer en la música POP.
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